Declaración de SALSA sobre represión de pueblos indígenas en Perú (2-26-23)

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SALSA exige el fin de la represión de los Pueblos Indígenas en Perú

Febrero 26 de 2023

[English and Portuguese below]

La Sociedad para la Antropología de las Tierras Bajas de América del Sur, organización académica internacional compuesta por profesores, estudiantes y profesionales, rechaza la política represiva adoptada en el Perú en respuesta a la crisis política iniciada en diciembre del año pasado y hace un llamado para una salida pacífica y democrática a la misma. El uso excesivo e indiscriminado de la violencia en la represión de la protesta política afecta especialmente a ciudadanas y ciudadanos racializados, siendo particularmente afectados miembros de organizaciones campesinas y sindicales, colectivos indígenas (andinos y amazónicos) y federaciones de estudiantes. Las tres demandas principales de la protesta ciudadana: (1) la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, (2) elecciones anticipadas durante el año 2023 y (3) referéndum sobre la conformación de una asamblea constituyente; son apoyados por una abrumadora mayoría de peruanos, de acuerdo a recientes sondeos de opinión.

Las regiones del Perú que han sufrido violaciones de derechos humanos con mayor intensidad son aquellas con predominio de poblaciones y territorios indígenas. Entre las víctimas de las masacres hay menores de edad y personal médico caído auxiliando heridos. La represión también se ha expresado en detenciones arbitrarias y hostigamiento a delegaciones indígenas y federaciones campesinas que han viajado a Lima para sumarse a las protestas en la capital. Seguimos con particular preocupación el violento desalojo de las delegaciones que se encontraban en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la principal universidad pública peruana, la cual constituye un importante centro para la investigación sobre la Amazonía al mismo tiempo que es una de las pocas instituciones universitarias accesibles para los jóvenes estudiantes amazónicos. Nos causan especial preocupación los reportes y testimonios de tratos crueles a los estudiantes y miembros de las delegaciones detenidos a manos de la Policía Nacional del Perú. Finalmente, queremos llamar la atención sobre los numerosos reportes de maltrato y hostigamiento a periodistas independientes que informan sobre detenciones arbitrarias y otros actos abusivos cometidos por la policía. Lejos de asumir alguna responsabilidad política, el gobierno peruano ha justificado sus acciones asociando protestas legítimas con “terrorismo”, conspiraciones internacionales, narcotráfico y minería ilegal. Esta estigmatización de los ciudadanos que protestan legítimamente como terroristas no contribuye a la solución pacífica de la crisis y, por el contrario, ahonda la crisis.

La respuesta del gobierno peruano a la crisis no solo siembra dudas acerca de la posibilidad de una investigación neutral de los crímenes ocurridos, también impide una pacificación del conflicto que permita establecer espacios de diálogo con las demandas de los diversos sectores ciudadanos, especialmente: Pueblos Indígenas, comunidades campesinas, estudiantes y clases populares. El racismo, clasismo y otros tipos de discriminación extendidos en el actual escenario polarizado  imposibilitan el ejercicio pleno de los derechos políticos de los Pueblos Indígenas, comunidades campesinas y otros sectores ciudadanos racializados. SALSA reitera su llamado a un cese inmediato del uso desmedido de la violencia represiva en el Perú. Asimismo, reafirmamos nuestra apuesta por una salida política a la crisis, la cual debe incluir la participación activa de los Pueblos Indígenas y comunidades campesinas de modo tal que sus propuestas sean tomadas con seriedad y con irrestricto respeto a los derechos humanos. Respaldamos, además, aquellas acciones de justicia que busquen la sanción de los responsables materiales y políticos, así como las acciones destinadas a reparar el daño causado a las numerosas víctimas de este conflicto, en su gran mayoría miembros de sectores racializados e históricamente marginados de la ciudadanía del Perú.

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SALSA Demands an End to the Repression of Indigenous Peoples in Peru

The Society for the Anthropology of the Lowlands of South America, an international academic organization composed of scholars, students and professionals, rejects the repressive policy adopted in Peru in response to the political crisis that began in December of last year and calls for a peaceful and democratic resolution. The excessive and indiscriminate use of violence in the repression of political protest affects especially racial minorities, members of peasant and union organizations, Indigenous groups (Andean and Amazonian), and student federations. The three main demands of the citizen protest are: (1) the resignation of President Dina Boluarte, (2) early elections in 2023, and (3) a referendum on the formation of a constituent assembly. These are supported by an overwhelming majority of Peruvians, according to recent opinion polls.

The regions of Peru that have suffered the most intense human rights violations are those with a predominance of Indigenous populations and territories. Among the victims of the massacres are minors and medical personnel who were assisting the wounded. The repression has also resulted in arbitrary arrests and the harassment of Indigenous delegations and peasant federations that have traveled to Lima to join the protests in the capital. We are following with particular concern the violent eviction of the delegations that were at the Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Peru’s main public university, which is an important center for research on the Amazon as well as one of the few universities accessible to young Amazonian students. We are particularly concerned by the reports and testimonies of cruel treatment of students and members of the delegations detained at the hands of the Peruvian National Police. Finally, we want to draw attention to the numerous reports of mistreatment and harassment of independent journalists who report on arbitrary arrests and other abusive acts committed by the police. Far from assuming any political responsibility, the Peruvian government has justified its actions by associating legitimate protests with “terrorism”, international conspiracies, drug trafficking and illegal mining. This stigmatization of citizens who legitimately protest as terrorists does not contribute to a peaceful solution to the crisis and, on the contrary, deepens the crisis.

The Peruvian government’s response to the crisis not only sows doubts about the possibility of a neutral investigation of the crimes that have occurred, it also prevents a peaceful resolution of the conflict that would allow for dialogue with the demands of the various citizen sectors, especially: Indigenous Peoples, peasant communities, students and popular classes. Widespread racism, classism, and other types of discrimination in the current polarized scenario make it impossible for Indigenous Peoples, peasant communities, and other racialized sectors to fully exercise their political rights. SALSA reiterates its call for an immediate cessation of the excessive use of repressive violence in Peru. Likewise, we reaffirm our commitment to a political solution to the crisis, which must include the active participation of Indigenous Peoples and peasant communities in such a way that their proposals are taken seriously and with unrestricted respect for human rights. We also support those actions of justice that seek the punishment of those responsible materially and politically, as well as actions aimed at repairing the damage caused to the numerous victims of this conflict, the vast majority of whom are members of racialized and historically marginalized sectors of the citizenship of Peru.

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Image: Max Nina, Coordinadora Nacional de Derechos Humanos

SALSA exige fim da repressão aos povos indígenas no Peru

A Sociedade de Antropologia das Terras Baixas da América do Sul, organização acadêmica internacional integrada por professores, estudantes e profissionais, repudia a política repressiva adotada no Peru em resposta à crise política iniciada em dezembro do ano passado e pede uma solução pacífica e democrática para isso. O uso excessivo e indiscriminado da violência na repressão de protestos políticos afeta especialmente cidadãos racializados, membros de organizações camponesas e sindicais, grupos indígenas (andinos e amazônicos) e federações estudantis. As três principais demandas do protesto cidadão são: (1) a renúncia da presidente Dina Boluarte, (2) eleições antecipadas em 2023 e (3) um referendo sobre a formação de uma assembleia constituinte; e eles são apoiados por uma esmagadora maioria dos peruanos, de acordo com pesquisas de opinião recentes.

As regiões do Peru que sofreram violações de direitos humanos mais intensas são aquelas com predominância de populações e territórios indígenas. Entre as vítimas dos massacres estão menores de idade e equipes médicas mortas ajudando os feridos. A repressão também se expressou em detenções arbitrárias e perseguições de delegações indígenas e federações camponesas que viajaram a Lima para participar nos protestos na capital. Estamos acompanhando com  preocupação o despejo violento das delegações que estavam na Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a principal universidade pública do Peru, que é um importante centro de pesquisa sobre a Amazônia e uma das poucas instituições universitárias acessíveis para jovens estudantes amazônicos. Estamos particularmente preocupados com os relatos e testemunhos de tratamento cruel de estudantes e membros das delegações detidos nas mãos da Polícia Nacional do Peru. Finalmente, queremos chamar a atenção para as inúmeras denúncias de maus tratos e perseguições de jornalistas independentes que denunciam prisões arbitrárias e outros atos abusivos cometidos pela polícia. Longe de assumir qualquer responsabilidade política, o governo peruano justificou suas ações associando protestos legítimos a “terrorismo”, conspirações internacionais, narcotráfico e mineração ilegal. Esta estigmatização dos cidadãos que protestam legitimamente como terroristas não contribui para uma solução pacífica da crise e, pelo contrário, aprofunda a crise.

A resposta do governo peruano à crise não só semeia dúvidas sobre a possibilidade de uma investigação neutra dos crimes ocorridos, como também impede uma pacificação do conflito que permita o estabelecimento de espaços de diálogo com as demandas dos diversos setores cidadãos, especialmente: povos indígenas, comunidades camponesas, estudantes e classes populares. Racismo, classismo e outros tipos de discriminação difundidos no atual cenário polarizado impossibilitam que povos indígenas, comunidades camponesas e outros setores cidadãos racializados exerçam plenamente seus direitos políticos. A SALSA reitera seu apelo ao fim imediato do uso excessivo da violência repressiva no Peru. Da mesma forma, reafirmamos nosso compromisso com uma solução política para a crise, que deve incluir a participação ativa dos povos indígenas e das comunidades camponesas, de forma que suas propostas sejam levadas a sério e com respeito irrestrito aos direitos humanos. Apoiamos também as ações de justiça que buscam a punição dos responsáveis ​​material e politicamente, bem como as ações destinadas a reparar os danos causados ​​às numerosas vítimas deste conflito, a grande maioria das quais são integrantes de setores racializados e historicamente marginalizados da cidadania do Peru.

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Imagem: Max Nina, Coordinadora Nacional de Derechos Humanos


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